David Leo García
David Leo García
- Málaga
- 31 de agosto de 1988
«El lenguaje me ha proporcionado una herramienta con la que cooperar, amar, promover la empatía, huir del solipsismo... Pero también un exceso de significados difícil de gestionar, demasiada conciencia, emociones no siempre satisfactorias. Horror y maravilla. Vamos, lo que a todo el mundo» (La Opinión de Málaga, 7-XII-2018).
Biografía
David Leovigildo García Gil –«Leo» para los amigos–, poeta, nació en Málaga el 31 de agosto de 1988, en el seno de una familia caracterizada por su alto nivel cultural –su padre es economista y su madre profesora–; es el menor de cinco hermanos. No es el único artista de la familia, su hermano José Pablo ha sido galardonado con varios premios de pintura y cómics y, junto con otros dos de sus hermanos, tenía pensado montar un grupo de música pop-rock.
David Leo cursó los estudios de bachillerato, el primer curso en Ciencias Tecnológicas y el segundo en Humanidades en el colegio concertado de La Asunción, de las Hermanas Teresianas. Obtuvo la licenciatura de Filología Hispánica en la Universidad de Málaga, donde formó parte del Consejo de redacción de la revista Robador de Europa, en la que trabajaban otras personas inquietas por las artes y el pensamiento, como Francisco Ruiz Noguera o Raúl Díaz Rosales.
Según Rubén J. Portero Díaz, «biógrafo autorizado» (Gibralfaro, nº 52, 2007), David Leovigildo García «Leo» es, en la actualidad, el escritor más joven que ha logrado alzarse con el Premio Hiperión, galardón que le fue concedido en 2006 por su poemario Urbi et orbi. En esta ocasión, el galardón ha sido compartido ex-aequo con el poemario Los hijos de los Hijos de la ira del joven poeta Ben Clark.
Su vocación como poeta comenzó a los catorce años. Escribe de noche y sentado, mientras que las mejores ideas se le ocurren caminando y de día, de ahí esa brecha que se percibe en su poesía entre la ciudad paseada y la habitación donde escribe. Sus referentes, a la hora de escribir sus versos, son los poetas César Vallejo, Fernando Pessoa, Walt Whitman y Vicente Aleixandre.
Siendo completamente inédito, David Leo conoció en el año 2005 a Álvaro García –excelente y laureado poeta–, quien le animó a no abandonar la poesía. En los últimos años, David Leo ha ganado diversos premios menores a nivel local, autonómico e incluso nacional, entre los que cabe destacar el Premio Noctiluca de Poesía Amorosa, en 2005; el MálagaCrea, en 2006, y el María Agustina, en el 2007. Pero el verdadero inicio de su carrera como poeta lo marca el hecho de haber obtenido el Premio de Poesía Hiperión, uno de los galardones más prestigiosos de poesía en España. El jurado de este premio decidió, según consta en el acta correspondiente que «Urbi et orbi, de David Leo García, desde una particular posición estética, alcanza a expresar el desasosiego de una generación emergente en la actual poesía española».
A partir de aquí, David Leo no ha cesado de ser entrevistado en periódicos y revistas. Asimismo, ha realizado una plaquette, ha colaborado en numerosas antologías y ha escrito diversos poemas y artículos para muy diferentes revistas literarias y blogs. También ha publicado poemas sueltos en medios digitales y revistas impresas como Piedra de Molino, Ex libris, Praga, Milenrama. En mayo de 2007 ha dictado en Barcelona una conferencia sobre «El habitar poético», en la que desarrolla su pensamiento sobre un concepto filosófico desarrollado por Heidegger. Muchos de sus poemas han sido traducidos al francés, italiano, inglés y búlgaro. Urbi et orbi (2006) es su primera obra publicada y salió a la venta en todo el país en mayo del 2006, causando gran impacto por el número de ejemplares vendidos.
Urbi et orbi nació como una trilogía en la que tratar problemas humanos de hondura. Es un libro medido y de arquitectura cerrada, que recorre los días de la semana, uno por cada sección del volumen, con un inicio programático y un remate en que se identifican ciudad y poeta. El propio autor lo explica: «Con Urbi et orbi, comencé una trilogía. Si en este poemario se trataba la inadaptación del individuo con respecto a la sociedad, con textos escritos en la brecha entre hombre y ciudad, utilizando el espacio del poema como censura y para resaltar las conductas que nos vuelven inhumanos, en la segunda entrega, la inadaptación se produciría ante otro ser concreto, preferentemente mujer; es decir, el tema de este segundo libro, del que ya he redactado una cantidad considerable de poemas, sería la comunicación humana, o mejor, la imposibilidad de que esta se produzca, con el subtema del amor desde el punto de vista erótico. La tercera parte, más compleja y aún sólo bosquejada, versaría sobre la inadaptación, la falta de costumbre, del hombre ante sí mismo, y la puesta en común de sus circunstancias vitales con las históricas» (Gibralfaro, nº 52, 2007).
En 2007, el Centro Cultural Generación del 27 le edita Demanda de sol, dentro de la Colección «El Castillo del Inglés», que es adelanto de un libro futuro. Desde 2009 es codirector de la colección de poesía «Puerta del mar», que edita la Diputación Provincial de Málaga. Asimismo, en abril de 2007, apareció en el concurso televisivo Gran Slam, del canal Cuatro, siendo eliminado en la ronda final, pero con una destacada participación.
Disfrutó de una beca en la Fundación Antonio Gala de Córdoba durante el curso 2007-2008. Durante la estancia en la Fundación escribió:
Ha cobrado forma definitiva el libro La duración del baile, del que ya tenía escritos algunos poemas al llegar, pero sin una conexión convincente entre ellos. El poemario, a lo largo de sus tres secciones, explora los dos polos en los que fracasan las relaciones humanas, concretados en el calor y el frío. También desarrolla los dos caminos que conducen a algún tipo de conocimiento, aunque este sea momentáneo: la compañía (el sexo) y el lenguaje (la poesía). El resultado final se concibe como un cancionero a intervalos, un collage de distintas experiencias amorosas, con varias destinatarias en lugar de la amada idealizada que pide el tópico. Completan su sentido el continuo enfrentamiento de realidad y apariencia y la búsqueda de un deseo que colisione con el propio, para mediante él solidificar la propia identidad. («David Leo García», Poesía digital)
Este volumen anunciado –hasta el momento– no se ha editado.
Entre las numerosas antologías en que ha participado destacan: Poemas escritos a la vera del mar, a cargo de Rafael Ballesteros, Veramar, 2006; Una Málaga elástica impulsiva, publicada por la Diputación Provincial de Huelva, en 2006; Frontera Sur. Antología de jóvenes poetas malagueños, publicada en Málaga en 2007, con selección de Francisco Ruiz Noguera. De 2008 y de la mano de Lara Álvarez es la antología Aquí y ahora. Voces de poesía, publicada en Santander, en Igriega Movimiento Cultural; en este mismo año está en la antología de Raúl Díaz Rosales Decreto de abandono, en Málaga, Cuadernos de Valverde, 32.
Ha participado en congresos y festivales como la edición de Eutopía de 2007 o la de Cosmopoética de 2009. Asimismo se sumó a la Semana Poética del Dickinson College de Pensilvania (2011). Colabora con revistas digitales en las que publica sus poemas como por ejemplo en la mejicana Punto de partida (http://www.puntodepartida.unam.mx/index.php/1406), o en Planetaria (https://ipoetisonovivi.com/tag/david-leo-garcia/).
Su nombre vuelve a ser considerado imprescindible en la Antología Poetas en el cielo (2009). Esta selección pretende ser un retrato de los nuevos poetas malagueños, con prólogo de Francisco Ruiz Noguera y Francisco Cumpián. Muy curiosa es su declaración, pues manifiesta su especial maridaje con la poesía: «su amor por la poesía nació un día que se encontraba en casa de un amigo jugando con la consola, cuando delante de sus narices apareció un libro de César Vallejo, que comenzó a leer. Tras esto David se inició en la poesía».
En mayo de 2010 contamos con varias antologías que albergan al poeta. En primer lugar, la que, por iniciativa de Antonio Aguilar, contó con la coautoría de los siguientes críticos y escritores/as: Francisco Morales Lomas, Aurora Luque, F. Ruiz Noguera, Francisco Cumpián, Rafael Inglada, Ángel L. Montilla, Carmen Peralto, Alfredo Taján y el Departamento de Lengua Castellana del IES Miguel Romero Esteo. Lleva por título Desde la Farola. Poesía española última. Asimismo, La inteligencia y el hacha, a cargo de Luis Antonio de Villena, recoge su nombre en Visor (2010) y en este año advertimos su participación con un relato en el volumen colectivo titulado No sabe andar despacio. Jóvenes poetas sobre Miguel Hernández, publicado en la Diputación de Málaga. Aparece también en la antología Tenían veinte años y estaban locos, coordinada por Luna Miguel (2011). En 2012 está presente en La vida por delante. Antología de jóvenes poetas andaluces, de Ana Alvea Sánchez y Jorge Díaz Martínez.
En 2011 consigue el XXIII Premio de Poesía Cáceres Patrimonio de la Humanidad por su tercer poemario: Dime qué. El jurado compuesto por los poetas Benjamín Prado, Luis García Montero, Diego Doncel y Eduardo Moga, que representa a la empresa editora, además de Teófilo González Porras y la concejala de Cultura, Carmina Santos, con voz pero sin voto consideró que su poemario Dime qué era –por su calidad– muy merecedor y digno para obtener el DVD Ediciones, que el propio autor define como «un cóctel de libros de psiquiatría, textos sagrados y cancionero renacentista, pero con la intención de darles la vuelta donde el cancionero presenta una sola amada idealizada, yo muestro varias con los defectos de una persona normal». La presentación del Premio sirvió de prólogo a la Feria del Libro extremeña.
Este segundo poemario «recoge muestras de cómo la poesía actual es capaz de coquetear con los más variados estilos y formas para deleitarnos con un collage poético donde lo mismo nos encontramos con expresiones inglesas, grafismos suburbanos o trazos clásicos: es no poner cotos a la creación» (Siroco. Encuentros y amistad, 25-VI-2011). Esta obra volvió a ser editada en 2018 por la editorial RIL, aprovechando el éxito mediático de su autor en televisión. La sinopsis que ofrece la editorial en la promoción del libro es sagaz en su valoración: «Luego del cierre de la editorial DVD en España, Dime qué, ganador del premio Cáceres Patrimonio de la Humanidad, se transformó en un libro muy deseado. Los poemas de David Leo García tienen belleza e inteligencia, comunicación desde el signo y la emoción, juegos de lo escondido y lo visible, convirtiéndolo sin lugar a dudas en una de las voces jóvenes que tendrá mayor recorrido en el panorama español». David Leo se consolida en el panorama cosmopoético como un referente que nos emociona sin un límite aún conocido pero indudablemente cercano a lo ilimitado.
En 2014 sorprende con el relato Nuestro ciclismo, por un equipo: la historia de una escuadra líder durante más de tres décadas, en Editorial Libros de Ruta. Aparece también en la antología de Antonio Moreno Áyora Con&Versos, poetas andaluces para el siglo XXI, editada en Málaga por Isla de Siltolá en 2014. Está presente también en la antología Una nueva melancolía, 16 poetas malagueños, de 2015, seleccionada por Álvaro Campos Suárez, y en la recopilación de Jesús Baena –junto a Diego Medina, Cristian Alcaraz y Jorge Villalobos– titulada: La poesía más joven. Volumen I, editada por la Fundación Málaga, siempre atenta a estos fenómenos que ocurren en el mundo la poesía, junto a la Fundación El Pimpi, en 2018. También aparece su nombre en la nueva antología de Francisco Ruiz Noguera: Yo y mi sombra. Libro abierto, de 2020.
Según Rubén J. Portero Díaz, el autor ha revelado su propia poética en el blog Las Afinidades Electivas, un punto de interconexión virtual entre poetas españoles contemporáneos. Manifestará el poeta: «Creo que el poema ha de ser primero con respecto a lo vital, pero último en lo literario. Un ejemplo: no hay una conexión evidente entre ser manzana y ser símbolo de pecado de la humanidad, pero hay una, derivada de la tradición, que nos impera que así sea y que es imposible obviar. La manzana primera congestiona a todas las demás. Un pequeño malentendido que roiga la manzana paradigmática habrá podrido toda una estirpe de frutas. El poema es quien limpia la manzana particular para inmortalizarla, incluso sabiendo de su podredumbre, incluyendo muerte absoluta que se traga el dolor o vida que lo acepta y lo transforma» (Gibralfaro, nº 52, 2007).
El autor manifiesta que se encuentra a la espera de nuevos descubrimientos: algunas decenas de personas, algunos centenares de libros, algunos miles de películas. Su fama como concursante le hace reflexionar sobre el soñado equilibrio entre el escenario de la fama y el escenario necesario para crear poesía: y es que «la poesía se lleva mejor con las luces tenues y los apagones que con los focos de un plató. No he dejado de trabajar en un nuevo poemario, aún sin título definitivo. Quizá me salga más austero y estoico que los anteriores, como una especie de anteproyecto de ley vital» (El Faro de Vigo, 30-V-2018).
Es evidente que desde pequeño ha jugado con las palabras. La importancia del lenguaje es trascendental para este autor. Comentará a Víctor A. Gómez que : «el libro que más me ha influido ha sido la Gramática descriptiva de la lengua española de Bosque y Demonte, precisamente porque dejaba espacio para la subversión de muchos de sus postulados» (El Faro de Vigo, 30-V-2018). Para el autor en la vida el juego es un ingrediente a tener en cuenta. Sin embargo, el elemento imprescindible y más valorado por el poeta –y no podría ser de otro modo– es «el lenguaje que le ha proporcionado una herramienta con la que cooperar, amar, promover la empatía, huir del solipsismo… Pero también un exceso de significados difícil de gestionar, demasiada conciencia, emociones no siempre satisfactorias. Horror y maravilla. Vamos, lo que a todo el mundo» (Entrevista concedida a Víctor A. Gómez, La Opinión de Málaga, 17-XII-2018).
Este hecho esencial del lenguaje sobresale en su volumen Nueve meses sin lenguaje. El lenguaje ayuda al autor a gestionar su mundo y tratar de interpretarlo. No obstante, es un intenso y vano diálogo con quien no puede responderle. El resultado es casi un anteproyecto de ley vital. En esta obra el autor reconoce que ha «prescindido totalmente de formas clásicas y de rima y ha retorcido la métrica», pero no ha huido completamente de ella. Y en cuanto al contenido ha intentado asumir algunas máximas del taoísmo: «El universo es como un fuelle: vacío, pero nunca agotado. Cuanto más se mueve, más produce».
Se debe subrayar que el autor ha conseguido dejar en segundo plano su imagen pública desplegada en distintos concursos y salir adelante con este volumen valiente e innovador. el lenguaje es la tabla de salvación para el ser humano, y especialmente para el creador, para el poeta. Sus versos son secos, precisos y, persiguen acercarse, entender los vacíos que deja el propio lenguaje, una de las cuestiones que ya exploraba en su obra precedente.
Sin embargo, el tiempo pasado entre uno y otro poemario concede a su escritura distancia y desapego. Nueve meses sin lenguaje sumerge al lector en la perspectiva de una persona que carece de la capacidad de hablar. Como si todos sus poemas sucedieran dentro de la cabeza de un afásico que se esfuerza por recuperar las palabras durante una sesión de terapia. «Un paseo a través de un mapa de referencias inmenso por el que perderse. Y como río por el que fluye todo el texto: el lenguaje. Presentado a lo largo de los poemas como liberación, condena y vacío», escribirá Alejandro Romero («Diálogo con un mudo», El País, 3-VII-2019). Insistirá en que «sus temas son en cierto sentido finiseculares: alusiones a la Biblia, la neurología o el psicoanálisis eran frecuentes en sus otros textos, a las que ahora también añade menciones al taoísmo». Es más: según manifiesta David Leo García «la idea del libro nace de las conversaciones mantenidas con su editor. Añade: «Creo que por mi relación con la literatura era la única manera», y reconoce, además, que su escritura es un proceso «más de minería». La elaboración del libro ha contado con una fase de relectura y rescate de poemas antiguos, produciéndose posteriormente la suma de nuevas composiciones hasta alcanzar «un acta del choque entre lo real y lo subjetivo».
A pesar de la sobriedad aparente de los poemas, las páginas brindan pensamientos, reflexiones, juegos y hasta sorpresivos descubrimientos que inevitablemente sacuden y hacen que se vuelva una y otra vez a ellas. El efecto que deja este volumen al cerrarlo es el de haberse enfrentado a una situación sin sustento: un diálogo con un mudo, frustración, osadía. Imposibilidad, maravilla y vértigo. Profundizar, reflexionar hasta atrapar –con cada experiencia del momento– nuevas interpretaciones de lo ya visto, de lo acreditado. Leo David García asevera que: «Esto es más importante hoy que nunca. […] Ahora que vivimos tiempos tan malos para la ironía, para los dobles sentidos y el humor, la mera de existencia de la poesía es un acto de resistencia». Sin duda, esta encendida defensa del acto de crear, de hacer poesía, es un acto de valentía, de arrojo, porque si los poetas no defienden la poesía, quién podría enarbolar esta luminosa bandera? Esta libertad para expresar estos y otros términos proceden inexorablemente del conocimiento, de su conocimiento. Frente a la sustancia inequívoca de su obra, circula el sentido del humor como cuando afirma que «los poetas solo quieren cariño y tercios de cerveza, y algunos hasta charlar de poesía».
Actualmente reside en Barcelona, donde estudia Teoría de la Literatura y Literatura Comparada. En julio de 2021 realizó la presentación del poemario Habré vivido del poeta Víctor Bayona Marchal.
Obras
LIBROS y PLAQUETTES[XXI Premio de Poesía Hiperión,]
[XXIII Premio de Poesía Cáceres Patrimonio de la Humanidad.]
[XXIII Premio de Poesía Cáceres Patrimonio de la Humanidad.]
ANTOLOGÍAS
Premios literarios
Otros enlaces de interés
ENTREVISTAS- Página Dos. El poema. Ver enlace
- El Periódico. David Leo recita un poema de su libro «Nueve meses sin lenguaje». Ver enlace
- David Leo García, ganador de 'Pasapalabra': “Tenía confianza, pero puede pasar cualquier cosa”. Ver enlace
- David Leo García. «Dígame un color». Ver enlace