José Andrés López Morales
José Andrés López Morales
- Málaga
- 26 de febrero de 1991
- https://viviseccionados.com/
«Me cruzo con gente hermosa, con gente dañina y con gente asquerosa. Quiero decirles cosas» (I, me mine. Magazine de creadores y emprendedores en la industria cultural, 7-VII-2015)
«Hablo de la tristeza y la soledad porque necesito entenderlas. Quiero poseerlas y que no suceda al contrario» (Sides Out, 7-IV-2016)
Biografía
José Andrés López Morales nace en Málaga el 26 de febrero de 1991. En 2015 obtiene el título de Estudios Superiores en la especialidad de Interpretación Textual por la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid (RESAD). A esta formación se suma la realización de diversos cursos de danza, escritura y dirección. Desde muy temprano, y coincidiendo con el periodo de estudios, se entrega a la escritura de obras teatrales que él mismo dirige. Para ello se implica desde 2014 en la formación de la compañía teatral Viviseccionados, dando cabida en ella a distintos artistas multidisciplinares –algunos de ellos estables, como Carlos Gorbe, Virginia Rota y Román Méndez de Hevia–, y estableciendo desde el principio un marco de trabajo colaborativo que será una seña de identidad del grupo.
Ya en el primer periodo de rodaje esta compañía cosecha una primera forma de éxito cuando consigue que su pieza corta Anestesia sea seleccionada para exhibirse en los escenarios del Festival Talent 2014 de los Teatros del Canal de Madrid. Pero el autor prefiere considerarla como un ejercicio de juventud que nunca llegó a fraguar en una «obra cerrada». De este modo, la dramaturgia de José Andrés López se inicia, verdaderamente, con Oymyakon (2015). Esta obra de extraño título aprovecha el nombre de una localidad siberiana reconocida por sus bajas temperaturas –se dice que Oymyakon es «el pueblo más frío del planeta donde vive gente» (Sara G. Cortijo, «Entrevista a José A. López», 7-abril-2016–, para establecer un paralelismo con la dolorida historia amorosa que se representa: versión actualizadora del clásico Romeo y Julieta, pasada por la adaptación cinematográfica de John Madden, el autor introduce el «frío» del personaje que ha sido abandonado por su amor como expresión de lo que serán algunos de los temas que van a estar presentes a partir de entonces en su producción de conjunto, tales como la soledad y la búsqueda de uno mismo. Estrenada el 17 de julio de 2015 en el «Off» del Festival de Teatro Clásico de Almagro, y representada más tarde en el Festival de Olite y en el MaF, la obra obtuvo el 2º premio del Certamen de Jóvenes Creadores de Madrid. El autor ha manifestado en más de una ocasión –por ejemplo, en la entrevista que concede a Ka Penichet, «La educación de José Andrés López», Godot, 9-septiembre-2019– su satisfacción por tan buena acogida de una obra que nació como fracasado proyecto de fin de carrera al obtener de sus profesores, como calificación, un suspenso.
Este desencuentro con sus formadores en Arte Dramático traerá todavía algunas consecuencias más, aunque, en lo esencial, no afectará a su decisión de ejercer en simultaneidad la escritura junto con la interpretación y la dirección de sus obras teatrales, algo por lo que había sido recriminado. La andadura de la compañía Viviseccionados –por entonces recién creada– pone de manifiesto esta convicción, aunque el dictamen académico de los profesores sí incidirá de alguna manera en la factura de sus dos siguientes creaciones teatrales: Pax tecum (2016), que es concebida como un segundo proyecto de carrera para el aula, y su tercera obra, 4,2 (2016), que adopta como título irónico la cifra de la calificación que sus profesores otorgaron al trabajo sobre Oymyakon.
Ambas obras son un paso más en el camino hacia la consolidación. Con Pax tecum, una nueva y descarnada indagación en el sentimiento amoroso, José Andrés López deja asentada una línea temática propia que aflorará más veces, contribuyendo a demarcar un ámbito muy personal de preocupaciones, en el que el crítico teatral Luis Muñoz Díez ha querido ver, incluso, «una lectura tan pesimista que resulta romántica» («Pax tecum, de José Andrés López. La sublimación del pesimismo», en Tarántula. Revista Cultural, 12-agosto-2016). Seleccionada para su representación en el Festival Imparables, la obra se estrena en la sala Nave 73 de Madrid el 16 de julio de 2016, aunque con anterioridad había sido llevada, dentro del Festival Couraints d´Airs, al Conservatoire Royal de Bruselas, donde el público pudo verla y aplaudirla los días 15, 16 y 17 de abril de ese mismo año.
También la obra 4,2, estrenada en el Festival Russafa Escénica el 21 de septiembre de 2016, contribuye a fijar características, pues en este caso resulta incuestionable la inspiración autobiográfica, un rasgo que las otras obras también parecían sugerir, aunque más tímidamente. La calificación final de 4,2, insuficiente para superar la prueba necesaria para la obtención del título académico, claramente remite a una vivencia personal del autor, quien la aprovecha para abordar el impacto que tiene la educación recibida en la vida de las personas; o el peso de la familia en cada individuo y su definición personal –aquí resuena, según confesión propia, la letra de la canción de Amanda Palmer, «Runs in the Family»: «Pero no puedo escapar de mi familia. Están escondidos dentro de mí, cadáveres congelados […]» («José Andrés López escribe sobre 4,2 de Viviseccionados. Festival Russafa Escénica», Tarántula. Revista Cultural, 10-septiembre-2016)–. Es reseñable respecto a esta obra la buena acogida que experimenta su subida al escenario en el entorno del Gothenburg Fringe Festival (Suecia), donde se exhibe el 3 de septiembre de 2017.
Recorre todas estas primeras obras un mismo gusto por lo fragmentario, por la conjunción de formas aparentemente distintas, como la performance y el teatro textual. Todo dirigido a lograr la implicación emocional del espectador, a quien con frecuencia se interpela directamente desde el escenario. Con idénticos componentes y en el mismo año 2016 se forja Ofelia forever, como proyecto de teatro experimental inserto en el espacio conocido como «La Incubadora del Corral de Alcalá», donde se representa los días 27 y 28 de mayo de 2016, aprovechando la residencia y cuando todavía es una obra en proceso de creación. Basada en otra legendaria historia de fracaso amoroso, la que llevó a Ofelia a la locura en su amor desesperado por el príncipe Hamlet, López representa la incomunicación de los dos amantes relegándolos a un escenario sin escenografía y delimitando tres zonas diferentes, que la crítica teatral Estrella Savirón describe como
dos [espacios] independientes y antagónicos a ambos lados del escenario y uno central (forever) de unión, de futuro, un espacio donde fluir aunque para nuestros protagonistas es un espacio imposible de llenar e incluso, simplemente, de transitar por él. Estos espacios están separados o limitados por unas líneas formadas por cintas led que cambian de color. (Estrella Savirón, A golpe de efecto.com. Revista cultural, agosto-2017).
El referente shakesperiano avalará el estreno definitivo de la obra en el contexto del «ClassicOFF» del V Festival Experimental de Teatro Clásico de Madrid, concretamente en la sala Nave 73, el 17 de julio de 2017. Pero hay que insistir en la dimensión fuertemente contemporánea de una propuesta que pone en juego una gran diversidad de recursos expresivos de manera simultánea, dando idéntica relevancia, junto al espacio plástico, a un espacio sonoro (voces en directo, la música, incluso las canciones cantadas a capela) y a la fotografía.
Unos meses antes del estreno definitivo de Ofelia forever, tiene lugar el lanzamiento de Fauces, dentro del Festival Cabanyal Íntim de Valencia, el 20 de mayo de 2017. Se trata de una de las obras por las que el autor ha obtenido un mayor reconocimiento en forma de premios: con ella será uno de los 5 autores seleccionados en la I Convocatoria de Teatro Autor Exprés de la SGAE 2017, lo que conllevará la edición de Fauces, ese mismo año, en la Colección de mismo nombre de la SGAE; en 2018 acude a la XVI edición del Festival Escènia Mostra Teatre Novell, donde se le concede el Primer Premio del Público; finalmente con la misma pieza queda como finalista del IX Certamen de Nuevos Investigadores Teatrales (CENIT) celebrado entre el 8 y 10 de noviembre de 2019. Además, a la edición de esta obra por parte de la SGAE, debe añadirse su publicación, junto a otras dos del autor, en el libro Pax tecum, 4,2, Fauces (Ediciones Invasoras, 2018). Por su parte, público y crítica también coinciden en celebrar Fauces durante las semanas en que se mantiene en la sala Nave 73 en 2018. La obra se centra nuevamente en el análisis de los sentimientos experimentados sin mesura –en este caso «la adoración como sentimiento que une a las personas», según anuncia la «Sinopsis» del cartel–, mostrando una sucesión de breves situaciones representativas de cómo la adoración hacia un objeto o sujeto se convierte muy pronto en esclavitud, en esas «fauces» a las que alude el título y que terminan devorando a quien se entrega a tal sentimiento. La valentía del análisis, en lo que significa de autoconocimiento e incluso de propuesta terapéutica, son valores que ha señalado él mismo, («[el teatro es] placentero, adictivo, te liberas», Entrevista con Bree Recker, Cultura Joven, 12-diciembre-2019). En ese lado curativo también ha incidido la crítica (En Platea, 24-febrero-2018; Gente con Duende. El blog de Manu de la Fuente, 15-febrero-2018), a quien no escapa la buena sintonía siempre existente entre el texto dramático del autor y la búsqueda de soluciones escénicas nacidas del habitual intercambio con los miembros de su compañía, a través, en este caso, de la incorporación de la música en vivo de un violín o las escenas de danza.
Por el tiempo de la puesta en escena de su obra titulada La providencia, inspirada en la figura de Maiakovski y cuyo estreno se produce el 20 de octubre de 2017 en el espacio dedicado a la Colección del Museo Ruso, dentro del Festival Irreconciliables de Málaga, José Andrés López consigue una beca para la Residencia de Creación Carme Teatre. Su obra entra así en el circuito de la «Red de Teatros Alternativos», un proyecto que busca impulsar, por toda la geografía nacional, el teatro y la danza contemporáneos mediante su representación en salas de pequeño y mediano tamaño adscritas al proyecto. Es así como nace la obra Ser (2017), escrita, en este caso, para la compañía Carme Teatre de Valencia, que la estrenará el 23 de noviembre de 2017. El autor vuelve a preguntarse –como ya hizo en 4,2– por la familia y por la educación, y por la necesidad de introducir en esta última algunos cambios que contribuyan a evitar que los hijos «hereden» de sus padres ciertas «dependencias» y «sumisiones» consideradas como rémoras por el autor, según puede leerse en la «Sinopsis» que sirve de presentación a la obra:
¿Es la vida una rehabilitación constante de lo que debió ser la vida? ¿Es la paternidad una reparación de la infancia? ¿Qué heredará el hijo de sus padres? ¿Heredará sus dependencias? ¿Y sus sumisiones?
Quizá esta y otras secuelas puedan evitarse con un proyecto para enmendar y mejorar la educación.
Una segunda estancia becada del autor en la Residencia de Creación Carme Teatre da como resultado otro título, Cinco lobitos, una obra escrita en colaboración con Ana de Vera para la compañía Osaka Club, que la representará el 15 de noviembre de 2018 en la Sala Carme Teatre de Valencia. Esta vez, el arranque temático lo constituye un asunto de actualidad, la sentencia judicial sobre el caso conocido como de «La Manada», emitida por los magistrados de la Audiencia Provincial de Navarra en abril de ese mismo año. Según los autores dieron a conocer en un comunicado para la prensa, «la obra es una llamada a reflexionar sobre las consecuencias con que ciertos hechos puntuales trascienden en la sociedad con consecuencias históricas no calculadas», en alusión a la masiva reacción social que suscitara el fallo de los jueces, al ser considerado este demasiado blando con los culpables del delito. Lejos de buscar, en palabras de los autores, «reproducir hechos, victimizar o culpar», en una forma de teatro documental, esta obra lanza una llamada a la reflexión acerca de «las consecuencias sociales, políticas y culturales que envuelven este caso y otros similares».
Solo en dos ocasiones más, hasta la fecha, ha prescindido José Andrés López de su compañía Viviseccionados para la representación de obras escritas por él: es el caso de En la furia, una reflexión sobre la rebeldía femenina frente a las «imposiciones sociales». Escrita en colaboración con Ana Sánchez para Carme Teatre, la obra se estrena el 17 de septiembre de 2020. Y, por último, Alexandra (llévame pronto), estrenada el 16 de octubre de ese mismo año por la compañía La Cuarta Pared, supone un acercamiento a las edades del hombre –juventud y vejez– para demostrar que ambas se igualan ante el miedo a la soledad.
Después del estreno de Cinco lobitos vuelve López a actuar junto a su compañía en el estreno de su obra La patética historia del Niño Piña, que tiene lugar el 7 de febrero de 2019 en la valenciana, y ya muy familiar para él, sala Carme Teatre. Declara el autor al ser preguntado por esta obra: «Creo que siempre hablo de lo mismo; de la soledad y del amor. Aun intentando hablar de lo social o de lo político, acabo llegando a esos temas siempre» (Entrevista con Amanda H. C. para Teatro Madrid, 27-diciembre-2019). Y en efecto, soledad y amor vuelven a emerger de una manera traslaticia al escenario en esta obra de cinco actos que tiene como protagonista a un niño deforme que da ocasión para reflexionar, más allá de las etiquetas habituales, sobre «la búsqueda de luz en aquello que consideramos horrible, extraño y deforme», y al mismo tiempo en «la oscuridad que esconden los seres luminosos y bellos, los buenos», tal y como se dice en la «Sinopsis» que acompaña la obra. Todo ello con la elaboración acostumbrada de Viviseccionados, en la que el texto no viene nunca solo, sino acompañado de un intenso lenguaje gestual y de danza.
Las últimas exploraciones que José Andrés López ha emprendido en torno a la naturaleza humana han tenido como telón de fondo las graves y extraordinarias circunstancias derivadas de la pandemia que el mundo viene arrastrando desde la primavera de 2020, con sus consiguientes confinamientos y, también, cierres de salas teatrales. En ese limitado contexto logra un espacio escénico aprovechable su pieza corta Los ingenuos, que se estrena, a cielo abierto, el 29 de octubre de 2020 en el patio del Museo Carmen Thyssen de Málaga, en el marco de su exposición temporal «Máscaras. Metamorfosis de la identidad moderna». Dirigida e interpretada por el propio autor como actor único, la obra pone el énfasis en la doble vertiente creativa que suponen, de un lado, el texto teatral, del que es autor también López, y, de otro, las imágenes tomadas por la fotógrafa y artista visual Virginia Rota. Entre estos dos lenguajes se establece un diálogo permanente en la escena: mientras se va proyectando sobre el escenario un conjunto de «entrevistas grabadas a desconocidos», el actor utiliza «la palabra y el cuerpo» para dar expresión con su lenguaje a los «mismos conceptos» de las imágenes, planteando una reflexión conjunta sobre «la identidad, el futuro y sus expectativas» y, en definitiva, «la posibilidad de las personas para llegar a ser como proyectan y su relación con el deseo», según puede leerse en la «Sinopsis».
Del confinamiento derivado de la crisis sanitaria surgen diversas iniciativas para mantener vivo el espíritu creador de los artistas. Una de ellas será el autodenominado ciclo «Confín. Diez exploraciones escénicas sobre el límite», que organiza la Comunidad de Madrid animando a la composición de «micropiezas de emergencia» que den expresión a tan especial experiencia. José Andrés López concursa con su obra titulada Los planes de Dios, que resulta seleccionada entre las diez mejores propuestas que responden a la llamada, pasando a ser programada para el 38 Festival de Otoño de 2020, donde, en efecto, se estrena, en streaming, el 20 de noviembre de 2020 en el recinto de Réplika Teatro. Se trata, en palabras del crítico Ismael Lomana, de una «confesión fetichista y casi pornográfica, que no solo parece responder a este encierro al que nos hemos visto sometidos […]; la sensación de secuestro, desapego, y derrumbe de valores y de vínculos sexoafectivos se une a una crisis generacional que, sin tener en un primer momento la certeza de la edad de Jose Andrés, grita “crisis de los 30”» (Ismael Lomana, En Platea, 23-noviembre-2020).
Distinta suerte correrá, en este contexto epidemial, la representación de la que hasta la fecha es la última obra estrenada por el autor, Las palabras de la carne. Programado inicialmente su estreno en el Teatro Echegaray de Málaga para mayo de 2020, ha de posponerse el mismo casi un año, hasta que se representa, en el mismo escenario, el 13 de abril de 2021. José Andrés López continúa aquí con el mismo discurso paralelo entre texto e imágenes que hemos visto en Los ingenuos, y lo hace a través de la buscada compenetración de su trabajo de dramaturgia con las artes visuales de Virginia Rota. Esta última aporta la experiencia de un trabajo fotográfico previo, La pena negra, una colección de fotografías centradas en el dolor del luto y que, de manera específica, quiere trasladar la vivencia solitaria de la pérdida de seres queridos en medio de la pandemia. La proyección de las imágenes se torna fundamental en la representación de una obra que se ofrece en la «Sinopsis» como «teatro físico y textual», y en el que no faltan las intervenciones de la música, la danza, los efectos plásticos y de luces, y toda la panoplia de recursos expresivos que suelen estar presentes en las representaciones de Viviseccionados. Todo ello, según la «Sinopsis», para llevar al escenario una indagación sobre la muerte en forma de «matanzas» humanas –«la matanza de «Salsipuedes» en 1831 en Uruguay, la de la “desbandá” de la carretera de Almería en la Guerra Civil o la de París de 2015»–; y, a la vez, sobre sus contrarios, «las fiestas y rituales funerarios». En última instancia, en palabras de Virginia Rota, la obra viene a derivar en una reflexión sobre comportamientos humanos como la «resignación» y «el modo en que ciertas costumbres conducen al silencio, a callarse, a morderse la lengua, a aguantar con lo que el destino nos dicta y no rechistar» (Carlos Bujalance, «Este cuerpo contra la resignación», Málaga hoy, 8-abril-2021).
En los últimos meses, y a medida que la normalidad vuelve a los escenarios, el autor ha emprendido varios viajes junto a su compañía para dar a conocer sobre las tablas estas obras últimas: así, entre el 5 y el 6 de junio de 2021 fue posible asistir en el Teatro Victoria de Tenerife, dentro del 19 Festival Encuentros, a la representación de Los planes de Dios; en octubre de este mismo año, entre el 29 y el 30, está programada la representación de Las palabras de la carne en Madrid, Sala Teatro Cuarta Pared, dentro de la VIII Muestra de Creación Escénica «Surge Madrid». Por lo que se refiere a la creación, José Andrés López se encuentra inmerso en varios proyectos de escritura, uno de los cuales, según nos dice, está próximo a estrenarse.
Poética
Anoche volviendo a los textos de Pascal Rambert encontré «¿El lenguaje triunfa o el lenguaje fracasa?».
Mi poética es mi forma de sobrevivirme y de vencerme. Un intento de transformar el dolor en belleza, la ira en belleza… todo aquello que siento y pienso en algo nuevo que me alivie, aunque sea un poco.
ESTRENOS
[Segundo Premio del Certamen de Jóvenes Creadores de Madrid.]
Premios literarios
Otros enlaces de interés
ENTREVISTAS- Los planes de Dios. José Andrés López - Viviseccionados [Vimeo]. Ver enlace
- Russafa Escènica 15/25 Setembre 2016. VI Edició del Festival de Tardor d'Arts Escèniques. Ver enlace
- Festival de Málaga: Oymyakon. Ver enlace